Y tampoco quiero hacerlo, ¿por qué?
Porque hoy he vuelto a soñar contigo, mi ángel, mi otra cara de la moneda. Yo sigo siendo el Yang, y tu el Yin que equilibra la balanza, ambos en una nube donde bailamos el vals del placer, nadando entre suaves sábanas de seda ribeteada con satén. Blancas, todas blancas, como el espacio inmaculado que nos rodea, donde yo soy la mota de color, un rojo granate que absorbe la energía, que cumple a raja tabla los Siete pecados capitales. En este momento, la lujuria, y no hay mayor satisfacción que cumplirla contigo.
Y es extraño, porque siempre apareces tú, y ella no es partidaria de la monogamia.
Tú has cambiado algo en mí, como yo lo he cambiado en ti, porque la balanza siempre ha de estar equilibrada.
En este sueño soy un súcubo que se adueña de tu cuerpo, que te lo quita poco a poco sin que te des cuenta mientras suspiras dulzura en mi oído, como cuando me quitas la ropa al son de mis risas causadas por tus caricias, que me ciegan dejándome febril y a tu disposición, deseosa de yacer en este sueño contigo, de rozar cada célula de tu piel. ¿Cómo voy a querer despertarme?
Pero cada mañana, cuando el despertador suena, vuelvo a la realidad donde pienso con una triste sonrisa:
-Los sueños, sueños son.
Pero quizá algún día la realidad supere a los sueños :)
ResponderEliminarMe encanta tu blog, me alegra haberlo descubierto!
Es posible.
ResponderEliminarMuchas gracias!
me encantas =) me encanta como escribes *_* y lo q escribes claro!!
ResponderEliminarTodos pensamos q los sueños, sueños son pero incluso lo inalcanzable se puede alcanzar... lo sabes ;D
besitos preciosa!
Que bellos son los sueños *_*
ResponderEliminarTodo comienza así...